Era la segunda edición que se corría un campeonato del mundo contrarreloj. En la anterior edición disputada en Italia ganó el especialista Chris Boardman. Indurain renunció a correr esa edición, porque quiso superar el record de la hora que precisamente lo ostentaba el corredor inglés. Ambos lograron su objetivo aunque Miguel lo perdiera dos meses después.
Miguel Indurain era un autentico especialista contra el crono, la gran capacidad de su corazón y su técnica encima de la bicicleta le hacían un corredor difícil de batir. No había grandes rivales y todos los pronósticos apuntaban al de Villava como posible ganador.
La prueba constaba de 43 kilómetros con un terreno duro por el país colombiano. Indurain realizó prácticamente toda la contrarreloj sin apenas levantarse de la bicicleta. Abraham Olano que salió con bastante antelación respecto a Indurain, marcaba el mejor tiempo. Los rivales no superaban al guipuzcoano y eso prácticamente aseguraba una medalla española. Indurain marcaba los mejores registros en los parciales y así lo refrendo en meta, poniéndose de pies en la bicicleta para realizar un sprint final. En 55 minutos y medio, rodando a más de 46 km por hora, Indurain se hizo con el oro. Olano se tuvo que conformar con la medalla de plata y el alemán Uwe Peschel con el bronce.
Una vez más se escuchó “El extraterrestre” con el que apodaron los franceses a Miguel Indurain. Además, conseguiría la medalla de plata en el campeonato en ruta al intercambiarse la posición con su compañero de selección Abraham Olano. En 1996 ganaría en la prueba de contrarreloj el oro olímpico que redondeaba su brillante carrera.
Miguel se retiró en 1996 como uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Fue galardonado por su gran carrera con el Príncipe de Asturias de los Deportes y recibió la Gran Cruz al Mérito Deportivo.
Actualmente, Miguel Indurain ocupa distintos cargos institucionales, como jurado del Príncipe de Asturias, miembro del C.O.E. y miembro del jurado de los Premios Laureus, entre otros.